viernes, 19 de enero de 2018

Duelo de madrugada

Me miras fijo.
Te miro.
Estamos cerca.
Cara a cara.
Aunque parecería que hay un mundo entre los dos.
Años de diferencia.
Nos estudiamos.
Tratamos de intuir lo que el otro piensa.
Cuál va a ser el movimiento de nuestro contrincante.
Me seguís mirando.
Me intimida un poco.
En este breve tiempo de conocernos empecé a tenerte respeto.
No te subestimo más.
Sé que no tenes nada contra mi.
Lo presiento.
Pero igual planteas este duelo entre nosotros.
Seguís mirando fijo.
Pareciera que lo disfrutas.
Para vos es simple.
Nada cambia en tu vida después de esta situación.
No concuerdo.
En nada.
Invertí mucho en esto.
Mucho tiempo.
Muchas horas en vela.
No siento lo mismo que vos.
Esta situación va más allá de un desafió.
Es personal.
Entre vos y yo.
Nada mas.
No hay nadie mas entre nosotros en este momento.
Estas sola.
Muy sola.
Ya repetí esta situación en mi cabeza una y mil veces.
Sé como hacerlo.
No puedo fallar.
No esta en los planes.
Es inaceptable.
Tengo una carrera.
Una reputación intachable.
Negocié con los mejores.
Es imposible que hoy me vaya derrotado.
No sos tan impune como crees.
No sos tan intocable.
La única entidad gremial capaz de defenderte parece dormida.
Hoy perdes.
Te lo aseguro.
Voy a empezar.
Ahora vamos a ver quien es mejor. A
hora se ven los "pingos".
Pensa que vas a hacer después de esta derrota.
Hacete responsable.
¡No sonrías!
¿Algo te causa gracia?
¿¡Quien te pensas que sos!?.....¡a mi no me lo vas a devolver!...
Arremeto con todo y le encajo el chupete para que se duerma.
Me mira.
Lo escupe.
Se ríe.
Perdí otra vez.

Olor a Mamu

Lloras.
Te hamaco.
Me detengo.
Volvés a llorar.
No te gusta el huevito.
Para nada.
Pataleas.
Tengo que trabajar un ratito hermosa.
Dale.
Un toque.
Volvamos a probar.
Arranco a hamacar de nuevo.
Llorás.
Te pongo el chupete.
Te calmas.
Diez segundos.
Lo escupís.
Volvés a llorar.
Te doy un sonajero.
Te intriga.
Lo sacudís dos veces.
Lo tiras.
Llorás.
Te busco otro.
Ni vale la pena sacudirlo.
Lo revoleas antes de que llegue a tus manos.
Te pongo los dibus.
Te entretienen.
Minuto y medio.
Dos con suerte.
Llorás.
Paseamos alrededor de la mesa.
Rápido.
Llorás con miedo.
Se me acaban las herramientas.
No tengo teta.
Ya te di la mamadera.
Paramos delante de la tele.
Ponemos otros dibus.
Seguís llorando.
Ahora con pataleo incluido.
Ya sé. ¡¡Monerías!!.
Me pongo a hacer pavadas delante tuyo.
Payasadas.
Me miras con recelo, sospechando algo.
Intuís que sólo es un plan para que dejes de llorar.
Te das cuenta.
Llorás.
Querés a Mamu.
Ya sé.
Falta un rato para que vuelva del trabajo.
Somos vos y yo.
Llorás.
Me siento a escucharte.
No sé que hacer.
Me cansa.
Tu llanto me llega.
Si tan solo tuvieras el olor de tu madre por un rato.
¡¡Ya sé!!.
El piyama.
Es como una nana para vos.
Busco el piyama de ella.
Ojalá no lo hayan lavado.
Todavía tiene olor a Mamu.
Te lo doy.
Te lo refregás por toda la cara.
Querés meterte dentro de la nana.
Es oxígeno para vos.
Respiras muy hondo dentro de ese pedazo de tela.
Grandes bocanadas.
Sentís como te llega hasta el fondo de los pulmones.
Ahora es un pequeño sollozo.
El pos de un gran llanto.
Esa clásica congoja.
Ya no llorás.
Te calma.
Te sosiega.
Minuto y medio.
Dos con suerte.
Dormís.
Me quede sin fuerzas.
Duermo con vos.
Te amo.

Carrera de obstáculos

6:15 AM.
Me despierto algo aturdido.
Una noche larga.
Demasiado intermitente para conciliar un buen sueño.
Me invade una sensación de peligro.
Tengo miedo.
Hay un ruido en el ambiente.
Siento un susurro.
¿Es real? ¿Esta en mi cabeza?
Es una voz.
"Esa" voz, apenas la oigo, lejos, como un eco a la distancia.
Me es familiar.
Intenta decirme algo.
No logro descifrarlo.
Cierro un poco los ojos, concentrándome, somnoliento, intento aislar esa voz del ruido de mi cabeza bamboleante.
Se oye un poco mas claro.
La conozco, me está susurrando:

-Haces un ruido y me despierto.

Intento, pero no logro comprender.....

- Haces un ruido y me despierto.
-¿Quién sos?
- Haces......un.....ruido.....y.......me......despierto.

Ya está.
Sé quien es.
Es ella.
La mini mi.
La dueña de la intermitencia entre la alegría y el caos de la casa.

-Cometes un error y me despierto. Es así. Lo lamento por vos.
-¡¡¡Paraaaaaaaa!!!, no me condiciones así.
-Ya lo sabes. Y ojo, me despierto yo y se despiertan todos, ¿eh? No te hagas retar. Pensá bien lo que vas a hacer.
-Tengo sueño, afloja.
-Ya te lo dije. Te avisé.
-Es un mono-ambiente, ¿como hago?, anoche dejaste cosas tiradas por todos lados, es un campo minado esto.
-El que avisa no traiciona.
-Pero....
-No te lo digo más.
-Dale, por favor te lo pido, dame un respiro.
-No dramatices, son ocho metros hasta el baño, pareces una nena. Haces un mínimo ruido y hay kilombo.

6:30 AM.
Sigo sentado en la cama.
Pensativo.
Paralizado.
Abatido.
No sé que hacer.
¿Realmente ella me habló?
Tengo mucho sueño.
Estoy muy dormido.
Algo voy a patear.
Son demasiados juguetes en el piso.
Hay algo seguro, si despierto a la nena me matan.
Pasan unos minutos.
Tomo coraje, me paro, y arranco en puntas de pie para el baño.
Gracias a Dios me preparé toda la ropa anoche.
Doy un paso bien largo.
Muy despacio.
Pongo una mano en la pared para estabilizarme.
Parezco un zombie.
Hago un segundo paso.
Cruje un poco el piso.
Se siente un leve ¡eh!...¡eh!....y silencio.
Fue un sonido entrecortado.
Un aviso.
Un presagio de lo que se puede venir si cometo otro error.
Maldito entablonado de pinotea que no colabora.
Levanto la vista, los pocos rayos de sol que pasan por el cortinado me dan una perspectiva del campo minado.
Juguetes, Tupperwares, peluches, mordiscos.....no falta nada.
Hago un paso, dos, tres.
Vengo bien, voy tomando confianza.
Llego al pasillo y pongo la otra mano en la pared también.
Ya casi estoy en el baño, mi zona de confort, el sitio seguro.
Hago un paso más y, ayudándome con ambas manos en la pared, haciendo presión, pego un salto silencioso y llego a la puerta del baño.
Gracias a Dios!!!
Pasé la prueba, hoy puede ser un buen día.
Hago el primer paso dentro del baño y....¡wiiiiiiccccckkkkkk!......
El pato de hule con el que jugamos en la bañadera.
El ruido fue terrible, increíblemente agudo. Pasan unos segundos. Hay un silencio sepulcral.....y de repente.....UUUUAAAAAAAA!!!!!!.......MMMMMMAAAAAMMMMM!!!!!
Estalló la bomba.
Empieza el baile.
Llorás.
Te amo.

Simpleza en estado puro

Simple.
Es simple.
La vida es simple.
Tu vida es simple.
Te reís.
Te divierte.
Lo podes hacer una y mil veces.
Te lo lo alcanzo y lo tiras.
Te lo vuelvo a alcanzar.
Lo tiras.
Simple como eso.
Un círculo vicioso.
Puede ser cualquier cosa.
Un mordisco.
Un vaso de plástico.
Un tupper.
Es indistinto.
La simpleza, la picardía, el enojo y la alegría al mismo tiempo.
Lo tiras.
Te enojas.
Lo levanto y te lo doy.
Me miras sonriendo, a punto de hacer una maldad.
Lo tiras.
Te reís a carcajadas.
Pasan diez segundos.
Te asomas desde la sillita y miras para abajo hacia el piso.
Lo ves.
Te enojas y gritas.
Te lo alcanzo y volves a sonreír.
Simpleza en estado puro.
El ciclo de la vida a los siete meses.
Tan chica y me enseñas.
Lo indispensable para las personas siempre lo encontrás en la simpleza de los actos.
Simple.